22 junio, 2014

La llegada a puerto

Durante las siguientes 3 semanas, Kisara siguió alimentando a los presos que seguían en las bodegas, y ayudando en la manutención del barco con su conjuro de crear comida y agua. Además, Aeldran seguía ayudando a los marineros y Yu seguía aprendiendo marinería. Los días pasaban muy lentos, con rutina.

Pero llegó un día en que avistaron tierra. 

Anochecía cuando alcanzaron por fin las aguas circundantes al puerto. Sin duda era una ciudad muy activa, porque decenas de barcos llegaban desde todas direcciones. El faro iluminaba con una luz mágica todo el área a ráfagas, haciendo que todo lo que fuese mágico brillase y  haciendo, a su vez, que el mar se convirtiera en un cielo nocturno, con pequeñas luces tililantes (equipo de algún marinero, mercancías...) y una gran estrella por encima de todas: el barco en el que viajaban Kisara y compañía. Había barcos más grandes, pero no que brillasen tanto.

Antes de desembarcar, los 3 aventureros fueron a ver al capitán. Este les habló un poco del distrito comercial, cercano al puerto, y les pidió que, si oían algo de "shinra", se lo hicieran saber, antes de dos días, que era cuando partiría el barco de nuevo a Aguas Profundas. No les dijo lo que era un "shinra", pero memorizaron el nombre y desembarcaron, aspirando el aroma del puerto y sintiendo, por primera vez en varios meses, que el suelo no se balanceaba bajo sus pies.

Dos soldados, con armaduras y capa azul grisáceo, y un hombre que parecía ser un funcionario, con cara muy seria, se les acercaron directamente en el muelle.

-Nombre. Procedencia. Motivo de la visita a Puerto Yuno. Duración de la estancia.
-Kisara. Aguas Profundas. Turismo. Unas semanas.
-Vayan inmediatamente a la oficina de Turismo para sus visados. Siguen esa calle y a la derecha. Buenas noches. -Siguió avanzando en dirección al barco. 

Kisara habría querido preguntarle más cosas, pero parecía que no le interesaba lo más mínimo solucionar las dudas de una joven viajera. Vieron cómo el funcionario y los dos soldados subían al barco para hablar con el capitán, que ya les esperaba en cubierta. Tras un breve intercambio de palabras, el capitán mostró una documentación, que brilló al contacto de la mano del funcionario. Parecía que estaba todo en orden. El funcionario asintió y dio media vuelta, bajando del barco y sobrepasando al grupo de Kisara, que observaba todo con fascinación. Aeldran, por su parte, seguía con fascinación las armaduras de los soldados, que parecían de muy buena calidad. Yu estaba ya oteando los puestos de la zona comercial, desde la lejanía, por si veía algo de interés.

Los 3 se dirigieron a la oficina de Turismo; querían saber más sobre las leyes de la ciudad, y parecía un buen lugar para preguntar. Siguieron una calle ascendente, con farolas a los lados, y cruzaron una gran puerta, a partir de la cual el paisaje urbano cambiaba radicalmente. De puestos comerciales y casas bajas de madera, pasaron a una zona residencial, con viviendas más grandes y acomodadas.

La oficina de turismo debía de ser ese edificio grande, en el que había mucha gente haciendo cola. El último de la fila era un elfo, guitarra a la espalda, que se giró al ver al grupo de aventureros. 

-Esta es la oficina de Turismo, ¿verdad? -preguntó Kisara en élfico.
-En efecto, bella dama -el elfo habló en humano de Reinos. - ¿Es vuestra primera visita a Puerto Yuno?
-Sí. -Kisara sonrió.- Mi nombre es Kisara, sacerdotisa de Tymora. Estos son mis compañeros: Aeldran y Yu. -Saludaron con leve inclinación de cabeza.
-El mío es Eduardo -cogió su guitarra y empezó a tocar notas. -Soy devoto de vuestra señora, Tymora. Ella me vigila en los caminos tenebrosos, que a veces me toca recorrer en mis andanzas entre ciudades.
-La Dama os guarde, buen viajero.
-Y a vos. Y, contadme, ¿qué haceis en Puerto Yuno? No es lugar para pregonar las virtudes de Tymora, ni ningúna otra deidad.
-Turismo, básicamente.
-Entiendo... Si es vuestra primera vez aquí, sin duda no conoceréis las leyes que rigen esta ciudad. Debéis saber, primeramente, que está en guerra con varias ciudades circundantes. En esta ciudad no hay ningún templo dedicado a ningún dios...
-Madre mía, le gusta hablar, ¿eh? - susurró Yu.
-Noo, que va... Va a ser que es bardo... la que nos ha tocado. Y esta cola no avanza... -Aeldran, por su altura, podía ver prácticamente toda la cola, y el cartel al lado de la puerta de entrada, escrito en muchos idiomas. -Al menos estamos en la correcta.
- ...También debéis saber que esta ciudad está gobernada por un consejo de magos y... Bueno, tal vez es mucha información de golpe. -Hizo sonar su guitarra. - ¿Queréis que os cuente algo sobre mí?
-Claro, ¿por qué no? Esta cola es lentísima...
-Y ahora va a tocar... -Aeldran puso los ojos en blanco.
-Tymora nos proteja...

La canción, triste y melancólica, habla de un elfo enamorado, que pierde a su amada tras una terrible tragedia, y abandona su tierra natal para viajar por el mundo, pues nada le quedaba ya atrás.

Aplausos entre las personas que esperaban en la cola, y reverencias del bardo. Este se giró de nuevo para hablar con Kisara.

-Dedidme pues, Kisara, ¿habéis escogido alguna posada para cenar?
-Todavía no, la verdad.
-Entonces, después de este trámite en Turismo, tal vez queráis acompañarme en la cena. -Sonrió.
-Bueno, esto tarda mucho y...
-¡El bardo quiere meter el nardo!
-Pffffff...¡Jaaaajajajajajaja! -Aeldran no pudo aguantar la risa.
-¿Eh?
-¡Eduardo y su nardo! ¡Jaaaajajajajajaja! ¡No puedo! ¡Jajajajajajajaja!
-¡Jajajajaja! ¡No te enfades hombre!

Fue demasiada humillación para el artista. Salió de la cola cabizbajo y con lágrimas en los ojos. A pesar de las peticiones de Kisara de que volviera, siguió corriendo hasta que le perdieron de vista. Un artista puro como él, que pregonaba el amor verdadero, no podía soportar la idea de que pensaran de él algo así. La sacerdotisa se giró hacia sus compañeros.

-Anda que...
-Jijijiji... ¡que susceptible!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Thx por tu comentario! ^_^ Pon algo interesante, que se note que somos gente estudiada xD
Me guardo el derecho a eliminar tu comentario si me parece poco apropiado, soez, grosero o cualquier otra forma de trolleamiento. En mi casa se juega así ;)