Chica gamer, locurón.

Hacía tiempo que no me pasaba, pero desde que lo he tenido que presenciar, no paro de pensar en ello y de darle vueltas.

Y es que las mujeres, aún después de tantos años aumentando nuestro número en la comunidad gamer, seguimos siendo algo anecdótico para muchos jugadores masculinos; un añadido cómico y divertido, como ver al perro hacer alguna travesura. "¡Qué ricas, intentan jugar!" y tal.

Lo peor no es el sentimiento de sentir que dan por hecho que a las mujeres no nos gustan los videojuegos (Rly? Siglo XXI? Hola?), sino ese paternalismo que caracteriza a muchos compañeros de ocio cuando se enteran de tu sexo en alguna partida online, aún no sé si en un intento chungo de ligar (consciente o inconscientemente) o por un superego proteccionista con el "sexo débil y manco". Creo que a ninguna os resultará desconocida esa situación en la que das a conocer que eres mujer en un MMO y de repente alguien dice por chat "oye, si necesitas ayuda o algo, ya sabes ;)" o bien estar pidiendo ayuda para hacer una quest y que nadie conteste excepto el que sabe que eres chica, y encima te lo recuerda: "nadie quiere ayudar a FulanitaKill? sois unos desalmados! Anda, vamos, yo te ayudo".

Hace dos días, en el TERA, entró un nuevo miembro a la guild. Como era nuevo, y la mayoría de la gente no lee el guildchat por estar al TS, intenté que contase un poco de sí mismo, qué clase era, llevaba mucho jugando, de dónde era, etc. Resulta que llevaba mucho más tiempo que nosotros, así que le dije algo así como "ah, pues ya me explicarás un par de cosas que no acabo de pillar". Pasado un tiempo me envió algún whisper para preguntar si necesitaba ayuda con algo. Resultó que en ese momento llevaba esperando un rato intentando montar grupo para hacer una dungeon, y le comenté que nos faltaba un tanque. Se ofreció a venir a ayudar. Le di las gracias. Hicimos la instancia, y mientras seguía la conversación. En algún momento que no recuerdo debí decir que era chica indirectamente, y al terminar la instancia me suelta esta perla:

-Bueno, si necesitas ayuda con algo más, ya sabes :)

-Claro, gracias :)

-Y bueno, mañana si estás, por TS te explico lo que quieras

-Ah pues nos vendría bien, somos nuevos y hay algunas cosas que no entendemos del todo todavía.

-Somos?

-Sí, entramos bastantes nuevos de golpe jejeje. Al final Yocuro y yo nos compramos el juego y nos han acabado siguiendo un montón.

-Yocuro y tú?

-Sí, vivimos juntos :)

-Pues que te explique Yocuro!

Pregunta nº 1: Intentaba ayudar a un alma desamparada y perdida o intentaba ligar?

Pregunta nº2: Hola? Siglo XXI?

Después entró otro en la legión, al que saludé con un "bienvenido o bienvenida" y me contestó que él no era ninguna chica, que por supuestísimo bienvenido. Argumenté que yo no sabía de antemano si era hombre o mujer así que, ante la duda, había saludado de las dos maneras, y me contestó que no podía ser chica, como si fuese de cajón que si estaba jugando a un videojuego tenía que ser un tío. Después de explicarle que sí jugábamos, el chico en cuestión se disculpó.

Queridos compañeros de aventuras: es posible que, con el primer videojuego MMO me sintiera perdida. Es posible que, tras una niñez de bastante videojuego clásico pasara una adolescencia apartada de vicios tecnológicos y que, cuando llegué de nuevo, estuviese algo pez. Agradezco que, en su momento, la legión en la que estuve y mi novio de aquellas fuesen pacientes conmigo (LVI ftw) y me explicasen cómo jugar mi clase y me ayudasen un montón. Pero os voy a contar una cosa:

Eso fue hace ya 10 años. En ese tiempo he seguido jugando, he ayudado a mucha gente que también empezaba; he sido oficial en casi todas las legiones en las que he estado, y guildleader en el AoC. Y, como yo, muchas otras féminas. No me cansaré de repetir que no midais la capacidad de una persona para desempeñar un rol en un grupo por su sexo, sino por sus MANOS. No somos ni mejores, ni peores. Somos  todos gamers.

No seais idiotas: no limiteis vuestros contactos en en el mundo virtual por un par de comentarios fuera de tiesto.

Tragedia en Aguas Profundas

Esto es continuación del último capítulo de "La Leyenda de Shana": Órdenes enfrentadas. Poco a poco! :p


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El griterío de las gradas del gran coliseo se oía en todo el barrio. Desde fuera, era un edificio imponente, enorme; pero desde dentro se apreciaba que, además, era una gran obra de ingeniería moderna, combinada con la mejor magia. La arena se podía transformar, con ríos, corrientes, vegetación, desiertos, grandes túneles subterráneos... Cada combate era en un terreno diferente, para que los combatientes tuvieran que pelear adaptándose al terreno.

El torneo fue largo, pero tuvo grandes sorpresas. Los primeros combates fueron relativamente fáciles para los tres compañeros. El grupo se compaginaba bien, y teniendo cerca a Shana, tanto Demon como Kate se sentían respaldados para lanzarse sin miedo a la lucha.

Llegó el momento de enfrentarse a Frederik y su grupo. El Caballero de la Orden Dorada dirigía la ofensiva contra la clériga, dejando a Demon y Kate la única opción de luchar a la defensiva, intentando protegerla. Sin embargo, en un momento de descuido, estando los tres bastante malheridos, Frederik usó un conjuro muy potente: un rayo salió de la punta de sus dedos, y alcanzó a Shana, cercenándole las dos piernas.

El Caballero se daba por vencedor, con una sonrisa ufana, cuando un gran resplandor cegó a los luchadores de la arena. Al desvanecerse, el cuerpo de Shana no estaba, y en su lugar estaba el dragón plateado que Kate ya conocía, solo que algo más grande.

Shana en dragón venció, con ayuda de sus dos compañeros, al equipo contrario. Sin embargo, después del combate, los tres estimaron que ya habían ganado suficiente, y que no creían poder ganar el torneo, así que se retiraron.

Frederik se disculpó con Shana, diciéndole que la Orden Dorada se integraría en su Orden y que, a partir de ahora, sería su protector. Ella intentó rechazar su oferta, pero era bastante obstinado. La seguía a todos lados, la esperaba donde fuese necesario, sin importar las circunstancias. 

En Fairy Tail fueron recibidos con grandes alabanzas por sus victorias en el torneo. Hubo una gran fiesta, y todos bebieron y cantaron hasta bien entrada la noche. Algunos, como Demon y Kate, salieron del gremio para seguir la fiesta. En una taberna cercana, Demon entabló conversación con una camarera, y parecía que todo iba bien; se gustaban. Los demás se fueron, sin fijarse en que él se quedaba hablando con ella. Después de que ella terminara de trabajar, le invitó a su casa, y la cosa se puso candente... literalmente. Con la emoción del momento, Demon no fue capaz de controlar sus llamas, y prendió fuego a la cama, con la chica, que gritaba horrorizada. Trató de tirar de ella para sacarla de la casa pero sus manos también quemaban; según daba pasos la habitación ardía, y cuando más nervioso se ponía, más fuerte era el fuego.

Fuera empezaron a escucharse gritos de "¡Fuego! ¡Fuego!". La camarera ya no gritaba... y Demon corrió, presa del pánico. Salió por una ventana, camuflado entre las llamas, y empezó a correr por las callejuelas, mientras intentaba por todos los medios aplacar sus emociones para apagar su fuego. Lo consiguió, no sin antes quemar un par de tejados y un establo de camino al río. Cuando llegó al puente, una patrulla de la guardia de la ciudad se dirigía corriendo hacia el incendio y, para evitar se reconocido, se tiró al río. Nadó un trecho antes de volver a salir y acurrucarse en una esquina antes de secarse.

Cuando volvió al gremio, todos estaban preocupados. Algo así tenía la firma de Demon, de lejos, y Makarov lo sabía. Kate intentó animarle pero Demon no quería ánimos, quería ir a entrenar muy duro, mucho más: debía ser mucho más fuerte, para no dañar a los que le rodeaban.

Aunque había corrido mucho, y por callejuelas, algunos vecinos habían visto a una silueta salir de la casa, y correr después por las calles. Algunas miradas apuntaban ya a Fairy Tail, sobre todo en el Consejo de Magos, y no sólo por el accidente de Demon: la aparición de un dragón plateado en un torneo no era un caso único, pero sí lo suficientemente excepcional. Así que Makarov dispuso mover el gremio de nuevo, esta vez de inmediato, y a una localización remota, en mitad de un desierto.

Demon y las chicas se despidieron por un tiempo: él iba a entrenar muy duro con Makarov, pero ellas debían visitar a la familia de Shana. La clériga tenía demasiadas preguntas sin respuesta, y creía que allí podrían ayudarla. Así que Kate, Shana (y su seguidor, Frederik), se encaminaron al sur, durante muchas, muchas jornadas, hasta llegar a una gran ciudad de hermosas calles adoquinadas, con fuentes y palacetes. Y un gran palacio, con una gran catedral justo al lado: el hogar de Shana.

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Historias de Pepi

Hace algunos días, una señora me contó una historia.

Hace muchos años, cuando esta señora no tenía dentadura postiza, y tenia a su cargo a 8 hijos, tuvo que hacer un viaje cruzando la peninsula con su marido. El tren que salía del pueblo hasta la estación central de Zaragoza era pequeño y no le supuso ninguna novedad, pero cuando tuvo que hacer trasbordo para coger otro, dirección a Madrid y Sevilla, la cosa se complicó.


Su hija mayor subió primera, y empezó a ayudar al marido de la señora a meter las maletas por la ventanilla. Los demás niños esperaban su turno, pacientes, al lado de la puerta del tren, pero ninguno de los viajeros deparaba en ellos, y todos pasaban sin dejarles sitio, sin hacerles el menor caso.

La señora empezó a impacientarse, imaginando que el tren arrancaba y que dejaba a sus hijos en tierra. Hasta tal punto llegó a tener ese temor, que se armó de valor y se puso en la puerta, bloqueando el paso a todos los que intentaban pasar, y gritó:

-¡No sube nadie más mientras yo tenga un hijo en tierra!

Los viajeros que querían subir la miraron desconcertados, y muchos la abuchearon, intentando empujarla, para poder pasar. No hacían caso de su protesta. Pero vino el revisor y, enterado de la situación, también gritó:

-¡Señores, por favor! Tengan un poco de piedad, dejen subir a los niños primero; hay sitio de sobra.

Así, dejaron subir a los siete niños restantes; todos cogieron el tren, y siguieron el viaje hacia el sur.


Esta señora, después de contarme la historia, pensó en alto. Me dijo:

-Tú piensa, hija, cómo debían ser aquellos tiempos para las mujeres, que tuvo que venir el revisor a hacerse cargo, porque el que yo atrancara la puerta no tenía mayor valor: era una mujer, y a ellas no se les tomaba en serio, éramos todas unas locas, dependientes de hombres y padres, sin pensamientos propios ni sueños. Ahora es distinto. Nadie puede decirte nada por ser lo que eres. No perdáis eso. Acuérdate de esta abuela cuando se haya ido, y tú seas mayor.


Ahí queda eso.

Lo que los adultos hacemos y los niños perciben

En mi familia hay pocas tradiciones, y la mayoría son "saltables" (no pasa nada si no se hacen), pero una de las importantes es pasar un ratito la tarde del día 31 de diciembre, a desearle feliz año a la abuela y tomar con la familia un vasito de cava con sorbete de limón. 

Hace un par de años, para que los niños dejaran de pedir lo mismo que los mayores, mis tíos compraron una botellita de "cava de niños" (creo que se llama chimpín o algo así), y les hicieron la bebida para ellos. Al momento de tomar el primer sorbo, mi hermana pequeña (por aquel entonces debía sumar 10 y 11 años) afirmó sentirse más contenta, y empezó a hacer el gilipollas, "porque estaba borracha, y eso la hacía sentirse feliz".

Y mira que me dió que pensar el comentario! Los adultos tenemos una percepción del alcohol (bebida social principalmenete), pero la imagen que transmitimos a los niños no es exactamente la que nosotros tenemos en la cabeza. Yo jamás he escuchado en mi casa una frase como "beber para ser feliz" o algo así, sin embargo de pequeños ya tenemos metido en la cabeza esa idea.

Me pareció curioso, y recordé el hecho estos días, a raíz de otro comentario parecido de mi hermana con otra bebida sin alcohol. Y para que no se me olvide, lo dejo aquí.

Ah! Feliz año 2013! :)