29 mayo, 2022

La Gran Ciudad Perdida de los Eslizanos

 

Sus pasos resuenan en las calles y plazas desiertas, cubiertas por un fino polvo depositado durante siglos. Las casas, abandonadas con sus enseres, muestran una civilización antigua y próspera, y con una escritura desconocida por los aventureros que componen el grupo. Markus, Kenandra, Diluc y Erala avanzan, primero con precaución y luego más confiados, entre las ruinas de aquella ciudad enclavada en lo más profundo de la tierra, con el ojo puesto en la gran catedral del centro, que destaca en altura con respecto al resto de edificios.


Durante una hora caminan y examinan todo cuanto quieren; nada ni nadie les detiene. En una de las incursiones a casas desiertas, Diluc encuentra 4 GEMONCIOS 💎 (no confundir con gemas normales, los gemoncios son, como todo el mundo sabe, gemas enormes y muy brillantes). Decide guardarse 3 en el bolsillo sin que nadie le vea y sale de la casa con el cuarto en alto:


-Ey, mirad lo que he encontrado! Seguro que vale un buen dinero.

-Pues sí, seguramente - dijo Erala con cara concentrada, calculando su valor.

-Toma, Erala; seguro que tú puedes sacarle más tajada.

-Vaa... le... - Erala toma el gemoncio y lo guarda, dando las gracias. Desconfía naturalmente de la generosidad del bardo, pero no va a perder la oportunidad de ganar gratis unas cuantas monedas de oro! 💰


Llegan finalmente al centro, donde el gran templo les da la bienvenida con unas estatuas perfectamente limpias, lo que llama la atención del grupo. 


-Siglos abandonadas y... limpias? 😕 Es muy extraño - dice Markus.

-No reconozco ningún símbolo o escritura, pero ya que estamos aquí... - apremia Diluc.

-Yo tampoco reconozco a qué dios está dedicado, ni entiendo una palabra de lo que apunta... Francamente extraño, todo esto.

-Vamos! 😁 - Kena, emocionada, sólo piensa en verla por dentro.

- Voy yo delante - dice Markus -, mantened los ojos bien abiertos. No sabemos lo que nos podemos encontrar...


Tras la gran puerta de entrada y un pasillo llegan a una habitación con una energía extraña... pero positiva! Al entrar, sus heridas se cierran y su cansancio desaparece Qué maravilla! Sólo puede ser un templo dedicado a un dios bueno. Se sienten mejor, se relajan un poco, y siguen avanzando.


Tras otro corto pasillo, llegan a otra habitación. Se paran en la puerta y observan: hay 30 espadas, todas distintas, clavadas en el suelo de la habitación. Kena entra primero y en ese momento, en el centro de la habitación, surge un holograma de un humanoide draconiano.

Kenandra FLIPA.


-Bienvenidos, aventureros.

-Hola! - Saluda Kena - Quién eres?

-Soy sólo un holograma, guardián del conocimiento.

-Qué le pasó a tu ciudad?

-Si superáis la prueba del héroe, tendréis acceso a información.

-Cómo se llama tu civilización? Tu raza? - Markus intenta otro tipo de preguntas más básicas.

-Hm... Veo que ha pasado demasiado tiempo. Mi pueblo se hace llamar los eslizanos. Nuestra civilización desapareció. Yo soy el guardián del conocimiento. Si superáis la prueba...

-Sí, sí. Acceso a información. - Diluc NECESITA más información, se muere por más información - Hacemos la prueba, obviamente.

-Obviamente - Kena asiente.


El holograma mira a Markus y recita una adivinanza, mientras las puertas de la habitación se cierran:


"Cuando un rey busca refugio, sólo la paz encontrará cuando el corazón vea la luz.

Cuando un rey busca venganza, sólo la paz encontrará cuando sus manos derramen sangre.

Cuando un rey busca perdón, sólo la paz encontrará cuando sus ojos vean la verdad."


Todos se miran y miran a las espadas. Se fijan en sus colores, sus formas... filos cromados, blancos, todas con gemas de distintos colores incrustadas, algunas con espinas... Absolutamente todas distintas unas de otras.


-Debe de ser una espada en concreto.

-Así es - apunta el holograma eslizano, mirando a Markus -, debes escoger la espada correcta.

-Y si no?

-Moriréis todos.

-Ah.

-Vamos a pensar esto bien.

-Sí.


Debaten durante un rato el significado de la adivinanza. La venganza debe referirse al filo, ya que es la parte que hace daño y el refugio a la empuñadura, porque la guarda protege la mano. Y qué tiene que ver el perdón con las gemas? No, no; tiene que haber otra forma.


El corazón de la espada, apunta alguien, es el filo; es la razón de ser de una espada. Para derramar sangre con las manos... las manos están en la empuñadura, tras la guarda. Los ojos, son redondicos, como gemas... Esto tiene que ser! Entonces...


Se deciden finalmente por una espada de filo blanco (un corazón que ve la luz), con gabilán con sangre (manos que derraman sangre) y gemas negras (el auténtico color que los contiene a todos, que tiene todos los puntos de vista, la Verdad absoluta). Sacan la espada conteniendo el aliento hasta que el holograma vuelve a hablar:


-Correcto - el holograma sonríe.


El arma está mal equilibrada, y Kena siente una muy mala sensación cuando la intenta empuñar. Le repugna, no quiere tocarla, al igual que Diluc y Erala, pero Markus no le hace ascos. Al cogerla el paladín se convierte en un hacha enana, mucho mejor adaptada para él.


Y una voz en su cabeza le dice, suavemente:

"Esta espada te hará Rey..."

"Pero a mí no me interesa eso."

"Pero ya eres el elegido del grifo también."

"Casualidades."


-Mi cometido ha terminado. Ahora seguid por esa puerta.

-Pero...

-Seguid por la puerta. Pero, por favor, satisfacedme. Quién ganó: los elfos o los dragones?

-Los elfos - contesta Erala.

-Malditos elfos - dice el holograma, escupiendo al suelo.

-Malditos sean - dice Markus, escupiendo al suelo a su vez.


El conjuro de la sala que bloqueaba las puertas se desvanece y el holograma desaparece, sin dar la información que buscaban en un principio. Con su hacha nueva, sus dudas y sus gemoncios💎 como único conocimiento sobre la ciudad, salen por la puerta contraria a la que entraron, esperando encontrar algo más de información, pero sólo hay unas escaleras que bajan, que van a dar a un puerto interior, en el que hay un pequeño barco. En este punto no van a dar la vuelta: supondría volver a cruzar la ciudad y volver a la gruta oscura sin iluminación que llevaban horas recorriendo sin ningún tipo de orientación. Markus no quiere subir pero la posibilidad de volver a la gruta de la montaña no satisface a nadie más del grupo, por lo que terminan subiendo todos.


El barco avanza lentamente a través de una niebla un poco espesa y, al salir, a la espalda del grupo hay una montaña, y no se ve el puerto del que han salido, ni ninguna salida, ni luces, ni ciudad, ni nada.


Y de repente sólo Erala sabe cómo llegaron a ese barco. El resto no recuerda nada de las últimas horas, pero sí puede ubicarse gracias a la especial orografía de la montaña que tienen a la espalda: están justo al lado de la Isla de las Almas Perdidas, una zona en la que nadie osa aventurarse navegando, ni los navegantes más experimentados. Kena se encuentra bien pero los demás tienen mucho frío. Nieva en la Isla de las Almas Perdidas y en el barco. No pueden quedarse aquí y ponen rumbo al sur. Cuanto antes encuentren tierra, mejor. Cualquier sitio es mejor que un barco para Markus.




Las armaduras pesadas y los huesos pesados flotan muy mal y se hunden muy rápido...



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