04 agosto, 2012

El Gran Hielo

Todo era frío y desolador. Sólo olía a nieve y hielo, y el leve rastro de perfume que se iba con el viento, que soplaba cada vez más fuerte y racheado. Kate se giró hacia Shana, que parecía mimetizarse en ese ambiente.

-¿Es este el lugar, Shana?
-Sí. Yo no... Aquí no hay nada! No entiendo nada. Yo... Debo hablar con Gaia.
-Hablar con... - "Está claro que Gaia la putea, como todos los dioses putean a los mortales. Pero ella sigue empeñada en seguir sus "órdenes"", pensó Kate. - Bien, habla. Yo vigilo.

Shana se sentó cerca del círuclo de piedras y se sentó en el suelo helado, con aire cansado. Kate esperó durante minutos que le parecieron horas, y empezó a dar vueltas a su alrededor. La paciencia nunca había sido su fuerte, y menos si no entendía el motivo de la espera.

Finalmente, Shana se levantó, sacudiéndose la nieve que se le había acumulado en la túnica.

-¡Bien! Tengo buenas noticias y malas noticias. ¿Cuales quieres primero?
-Ehm... las malas, supongo.
-Vale, la mala noticia es que hemos llegado en el momento erróneo - Shana sonrió un poco. - Las buenas noticias es que no hemos llegado tarde, sino excesivamente temprano: debemos estar aquí dentro de algo más de 3 años.
-¡3 años! ¿Quieres decir que tu tarea no termina aquí? ¿Pero qué...

AAauuuuuuuuuuUUuuuu.....

Una manada de lobos salió de la nada, con el pelaje erizado y enseñando los dientes. No eran lobos corrientes: fácilmente Shana podría usarlos de montura, si sus intenciones hubiesen sido diferentes.

Atacaron al unísono a Shana, que estaba todavía algo distanciada de Kate; la clériga de Gaia se defendía como podía mientras Kate trataba desesperadamente de quitárselos de encima. Pero eran demasiados. Uno mordió a Shana en el cuello y cayó rodando, cosa que aprovecharon otros para lanzarse sobre ella. Kate gritó y pataleó, golpeando a diestro y siniestro, pero ella misma tenía un serio problema: los que daban a Shana como cazada se giraron. Estaba ella sola. Hechó más que nunca en falta a la clériga ya que, a pesar de haber estado viajando juntas poco tiempo, había llegado a valorar muchísimo sus habilidades en combate.

Pero Shana no estaba muerta: una luz cegadora salió de su cuerpo, haciendo que todos los seres cercanos apartaran la vista momentáneamente. Cuando Kate volvió a mirar, Su lugar lo ocupaba un pequeño dragón de color plata, que se elevaba en el aire con sus pequeñas alas. Los lobos se ensañaron con Kate en ese momento, pero el pequeño dragón invocó un gran torbellino de aire, que engulló a los lobos. Kate fue absorvida también, pero el remolino creado por el dragón no le hizo daño alguno: la colocó en el centro, y la depositó con cuidado en la nieve, una vez todo hubo terminado.

El dragón curó las heridas de Kate, y se posó con cuidado, en su hombro.

No había rastro de Shana.

Y el dragón la había curado.

Y en sus ojos giraban pequeños molinos.

-¿...Shana?
-Prrr.
-¡Guau! ¿Cómo..? ¡Es genial! ¿Cómo no me lo dijiste antes? ¡¡Yo no sé hacer eso, cómo mola!! - Kate había oído a mucha gente del gremio que en ocasiones, los hechiceros y magos tomaban a un animal como familiar, compartiendo con él habilidades, conjuros y aventuras. Kate no había encontrado a ningún animal que le pareciera idóneo, aunque tampoco se había molestado en buscarlo. ¿Y qué había más idóneo para ella que una joven dragona? - ¿Vas a... ser mi familiar? ¿Por eso soy la elegida de Gaia para esta misión?
-Prrr.
-¡Genial! Oye, como familiar eres un poco más callada, pero no me importa. Así me llevas menos la contraria, jajajajaja. Ahora en serio: si es Gaia quien te ha traído hasta mí, haré lo posible por continuar la misión que te encomendó. Que nos... encomendó. Y... ¿Qué hacemos ahora?
-Prrr.
-Ya... Yo tengo que hablar con Makarov. Tú no tienes la información que me hace falta sobre este... implante que llevo ahora en el pecho, así que vamos a FairyTail.

Se concentró. En su pecho, justo debajo de la clavícula derecha, un tatuaje del tamaño de la palma de una mano, con la forma del símbolo del gremio, emitió un fulgor débil.

-Rumbo Suroeste, Shana.
-Prrr.

Bajaron volando la montaña, gracias a un conjuro de Shana, que seguía en forma de dragón, apoyada en el hombro de Kate, y no decía ni palabra en humano. Una vez debajo, Kate convocó a otro perro gigante, pero esta vez era más pequeño, y viajaron así hasta que entraron en el desierto. Y una vez allí, Kate se concentró y convocó un armadillo enorme, en el que cruzaron el desierto hacia el desierto. Kate siguió viajando, con la cría de dragón plateado en el hombro, hasta que llegaron al gran mar en el Oeste, a la gran ciudad de Aguas Profundas, a donde se había mudado el gremio tras su precipitada salida de Puerto Cailim.


"Hummmm.... Un buen estofado de Mirajane... *^_^*"

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